LAS COSAS COMO SON | Jorge Ley
Cristiano no se auto declaró el mejor del mundo, tampoco ninguneó a los rivales. No volvió a recurrir a su famosa frase de ¨¨soy guapo, rico…¨, ni insultó con sus cada vez famosas peinetas.
Ni siquiera señaló con su mano su muslo mostrando su cuerpo de fisicoculturista como aquella vez ante el Osasuna, ahora ni se molestó en festejar. Desde ahí, el asunto ya era raro.
Lo peor estaba por venir. Cristiano en un engendro de conferencia y con toda la intención de que el mundo se enterara de la situación, se limitó a decir “estoy triste por motivos profesionales, por eso no he celebrado los goles”. “Estoy triste y la gente del club lo sabe”.
Sea cual sea la razón. Sea la versión que afirma que está descontento con Iker Casillas, sea la que afirma que no se habla con Marcelo, sea la que afirma que quiere un aumento o una ampliación en su contrato. Lo que sea que cause su tristeza y le impida festejar sus goles, es para que lo aclare con las personas correspondientes, no para que Cristiano Ronaldo salga con el papelón de ayer.
Porque el tipo sólo queda como un cobarde, porque tira la piedra y esconde la mano. Parece que va a decir algo y al final, termina amagando. Pone tensa la situación, enturbia la relativa calma y deja al Real Madrid como si fuera el malo de la película.
Hay parón en España y al no aclarar nada, al provocar el incendio, Cristiano ha conseguido que su situación en el Real Madrid sea la nota de los próximos días. Otra vez, los modos y las formas lo vuelven a exhibir.
twitter: @jorgelh
Cristiano encendió la llama.
