Vamos a tratar de dar unas cuantas pinceladas al partido más
espectacular que nos ha dejado la 12ª jornada de la premier, el
Arsenal-Tottenham, en el que por tercera temporada consecutiva se pudo
disfrutar de un enorme espectáculo, condimentado con una gran cantidad de goles.
En el Arsenal que salió como
habitualmente con un 4-3-3 fácilmente derivable en un 4-2-3-1, la novedad estaba en la entrada de Wojciech Szszesny
de nuevo en la portería. Arsene Wenger además se decidió por Theo Walcott en la banda derecha, quien está sumando constantemente buenas
actuaciones, mientras que Thomas Vermaelen continuaría en el lateral izquierdo.
Andre Villas-Boas por su parte iba
a modificar su defensa, cambiando a
Steven Caulker, por Jan Vetonghen, que en la última jornada actuó de lateral
izquierdo, posición esta última que sería ocupada por Kyle Naughton. En el
ataque apostaría por Jermain Defoe y Emmanuel Adebayor juntos por primera vez
en la Liga Premier, en un 4-4-2. En lugar del habitual 4-2-3-1.
A lo largo del encuentro pudimos
diferenciar tres batallas diferentes tácticas. La primera etapa fue la batalla con las formaciones iniciales, la segunda
etapa fue la reacción de los Spurs a la expulsión de Adebayor, y la tercera etapa
fue cuando Villas-Boas ya en la segunda parte decidiría cambiar a una formación
de 3-4-1-1.
Villas Boas
apuesta por dos delanteros de inicio
El punto más importante en las
alineaciones iniciales fue sin duda la decisión de Villas-Boas de salir con dos
delanteros. El portugués se
estaba mostrando hasta ahora bastante inflexible a la hora de modificar su
sistema, por lo que fue una gran sorpresa ver a Defoe y Adebayor jugando
juntos, algo que alejaba al equipo un poco del habitual 4-2-3-1, acercándolo más al 4-4-2.
Sin embargo, la decisión no
parecía tan descabellada teniendo en cuenta el rendimiento de algunos jugadores
en lo que llevamos temporada, y sobre todo
teniendo en cuenta la derrota de la semana pasada ante el Manchester City.
En Manchester, Clint Dempsey
realizó un partido muy decepcionante, poco implicado en la elaboración de
juego, donde hasta el propio Adebayor tuvo un mayor impacto (Esto ya lo
comentamos en el análisis efectuado de dicho encuentro). La alternativa natural para él, Gylfi
Sigurdsson, también ha tenido un rendimiento decepcionante en las últimas jornadas,
mientras que el joven Tom Carroll parece estar todavía demasiado verde para
estas batallas. Por tanto parece lógica la apuesta por los dos delanteros, ocupando
el togolés en ese puesto más retrasado, donde pudiera tener mayor presencia en
la elaboración.
Además la apuesta por Adebayor y
Defoe se antojaba inteligente viendo la
pareja de centrales que formaban en el Arsenal, ya que Mertesacker llegaba con
una falta de ritmo importante y le costaba un mundo seguir en carrera a Defoe,
mientras que Laurent Koscielny, el encargado de defender a Adebayor, si era
capaz de medirse en velocidad pero estaba claramente en inferioridad en el tema
físico, y por tanto a la hora de pelear balones aéreos.
Contraste de estilos
Ya desde el inicio se presumía una
batalla táctica fascinante. Los Spurs
como hemos dicho salían con dos delanteros muy móviles, y dos extremos muy abiertos y ofensivos, pero
concedían el centro del campo - en particular, la zona en torno a Mikel Arteta-. Ya que aunque Defoe intentaba ocuparla
y dificultar la salida de balón al español,
rara vez conseguía llegar a tiempo, y Arteta se encontraba la mayoría de
las veces con libertad para iniciar en corto o en largo, como se pudo observar
con varios pases largos a la espalda de los lateral, sobre todo a la del
marcador de Theo Walcott.
En el diagrama vemos como Arteta
orientó gran parte de sus pases a la banda derecha del equipo, aprovechando que
allí estaba Walcott, y la poca ayuda que Naughton tenía de Bale para frenar al
extremo.
Sin embargo
la tarjeta roja a Adebayor cambió el
partido y con él dio un giro a la batalla táctica que se estaba viviendo.
Obviamente, el
Tottenham ya no tenía dos delanteros – se quedaría con un 4-4-1 y ocho hombres por detrás del balón,
momento en el cual el Arsenal pasó a dominar la posesión de forma abrumadora.
Once contra diez
Inmediatamente después de la
salida de Adebayor, el Arsenal lucharía para hacer valer su ventaja numérica, a
pesar de que el Tottenham continuaría en una valiente decisión, con su línea
defensiva defendiendo muy arriba, y por el momento de forma muy eficaz, ya que
conseguía su objetivo, ahogar el centro del campo gunner.
Sin embargo, la decisión de
continuar presionando en el centro del campo estaba cansando física y
mentalmente al conjunto de Villas-Boas, algo que el propio técnico reconocería
después del partido. Era cuestión de tiempo que el equipo empezara a
desfallecer.
Y esto se produjo en los últimos
diez minutos de la primera parte, cuando el Arsenal ahogado por el medio decide
hacer más ancho el campo, y sobretodo volcar el juego en la derecha con un
Walcott muy involucrado, y un Bacary Sagna que subía su banda de forma más
natural que Vermaelen en la izquierda. Los
goles llegaron por tanto como resultado
de la presión constante, en lugar de algún
movimiento estratégico específico. Resultado: El Arsenal se iría 3-1
arriba en el descanso.
Tottenham pasa a defensa de tres
Para el
segundo tiempo, Villas-Boas decide jugársela y sale con tres hombres en la
parte posterior
Entraría Michael Dawson por Kyle Walker, y Dempsey por Kyle Naughton, buscando
una mayor vocación ofensiva con diez hombres, y pasando a jugar con un 3-4-1-1.
Es significativo que Villas Boas decidiera quedarse con
extremos naturales (en lugar de los laterales) como carrileros, siendo
lógicamente Bale el hombre de la
izquierda, y Lennon el de la derecha, en lugar de Walker o Naughton,
algo que era una verdadera declaración
de intenciones.
Durante los primeros 10 minutos de la segunda mitad,
la nueva disposición estaba siendo eficaz, ya que el Tottenham estaba siendo
capaz de iniciar las jugadas desde la
parte posterior con Vertonghen y William Gallas, que generalmente transitaban hacia los flancos, mientras que
Dempsey además de ser el encargado de conectar con Defoe, se encargaba de hacer
un trabajo “oscuro” de continua presión sobre Arteta para limitar su influencia
en la posesión.
Por lo general, con un 3-4-1-1, hay que tener mucho
cuidado cuando se pierde la posesión, ya que con unos carrileros tan largos y
ofensivos como Bale y Lennon, toda pérdida genera mucho peligro si el equipo
rival es capaz de aprovechar los enormes espacios a la espalda de ambos. La
amenaza de Walcott y Alex Oxlade-Chamberlain cuando entro en el partido, iban a
ser una constante amenaza.
Sin embargo el que de verdad iba a entender esto a la
perfección iba a ser Cazorla, que desde ese momento se iba a tirar siempre a
una banda para recibir y tener muchos metros por delante para poder explotar su
juego.
El cuarto gol del Arsenal fue un ejemplo perfecto, el
último pase (de Lukas Podolski a Cazorla) se realiza desde el espacio exterior de
Gallas recorriendo todo el camino central hasta Cazorla que llega desde el espacio
exterior de Vertonghen. Ese era el riesgo Villas-Boas tomó, y aunque los
Spurs terminaron perdiendo el partido 5-2 (y la segunda mitad 2-1), la decisión
fue muy valiente.
Conclusión
Desde el punto de vista del
Tottenham es obvio que la derrota por 5-2 fue muy dolorosa, pero tanto la
decisión de salir inicialmente con dos delanteros, como después de la expulsión
mantener su línea defensiva muy arriba, como el último cambio ya perdiendo por
3-1 de jugar con tres atrás y dos carrileros muy largos fueron cambios que
dicen mucho de la capacidad e intenciones de su entrenador.
En cuanto al Arsenal, sin sorpresas en su once inicial,
con la disposición táctica habitual y esperada. Como aspectos positivos más
importantes podemos señalar el buen partido de Arteta, y buen entendimiento
entre Walcott y Giroud que pueden estar formando una interesante y posiblemente
muy productiva sociedad.
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