- La polémica entre Maradona y Riquelme divide a los bosteros.
- Diego le recrimina que haya dejado el club con dos años más de contrato.
Nada define mejor a Boca Juniors, ese equipo que duerme en Buenos Aires, en un barrio humilde, el los jardines de las casas de miles de millonarios que ven cómo el pobre les roba la miel de la victoria.
Pocas cosas pueden definir a Boca, ese club donde han pasado miles de príncipes, y miles de ranas, miles de pibes que intentaban imitar a Diego. Eso ha sido el último cuarto del siglo XX, donde había gloria, pero no magia, faltaba la calidad de un 10, de un Mardona.
Sin embargo, un chaval de la cantera despertó la esperanza de todos los bosteros un mago que llevaba el balón cosido a su pie. El muchacho se llamaba Juan Román Riquelme, y era la gran esperanza de Boca.
Aunque, para el pesar de la hinchada, Román quería volar a Europa, crecer como futbolista y ganarse un nombre en el mundo del deporte. Encontró su hueco, en el Barcelona y en el Villarreal, donde maravilló de nuevo.
Cuando estaba en el mejor momento de su carrera, llegó el síndrome de la fama efímera, y tras una mala temporada en Castellón, se vio condenado a regresar a casa, y ahí comenzó la guerra de los dieces.
El rendimiento de El último 10, como conoce la afición de Boca al mediapunta no fue el esperado, aunque La 12 -colectivo de hinchas radicales de Boca- era paciente, pues sabía que la magia iba a volver.
Aunque Maradona no quería esperar tanto, y explotó. Le criticó por su "falta de interés" con la camiseta de Boca. Poco más tarde Diego firmó como seleccionador de Argentina y, automáticamente, Román renunció al equipo nacional.
El cronómetro de la bomba estaba a punto de detenerse en el 0, pero no ha sido hasta este verano cuando ha explotado. Cuando Boca perdió la final de la Libertadores, abandonó el equipo -pese a tener dos años más de compromiso-.
Y eso pudo con Maradona que, contestando a las declaraciones de Román, alegó que "si está vacío que se llene, pero no puede traicionar al 75% de aficionados del país".
La 12, dividida entre dos 10, Dieguito y Román. El "tira y afloja" por el corazón de Boca, en marcha.
